
Cuando se trata del tratamiento de la disfunción eréctil, los usuarios a menudo se encuentran con dos nombres: Viagra y sildenafil. Y aunque muchos los consideran intercambiables, vale la pena entender si realmente no existen diferencias entre ellos.
Viagra es el nombre comercial del medicamento original desarrollado por la compañía Pfizer. Su principio activo es el sildenafil, que es el responsable de su efecto. Tras el vencimiento de la patente, otras compañías farmacéuticas comenzaron a producir genéricos con el mismo compuesto. En esencia, el sildenafil es el mismo medicamento, pero sin marca. Su eficacia está clínicamente comprobada, y la diferencia de precio lo hace accesible para un público más amplio.
Viagra y los genéricos de sildenafil actúan de la misma manera en el organismo: mejoran el flujo sanguíneo hacia el pene y ayudan a lograr una erección firme, siempre que haya estimulación sexual.
El sildenafil es el principio activo que está detrás de Viagra. Su efecto consiste en relajar las paredes de los vasos sanguíneos y aumentar el flujo de sangre hacia la zona pélvica. Desde que expiró la patente del medicamento original, han salido al mercado decenas de genéricos que ofrecen el mismo efecto, pero a un precio más bajo.
Los genéricos de sildenafil deben pasar una certificación obligatoria y cumplir los mismos estándares de calidad que el original. La diferencia está en el empaque, el fabricante y los componentes auxiliares. No obstante, el efecto terapéutico es el mismo: mejora del riego sanguíneo del pene en respuesta a la estimulación sexual.
El sildenafil, al igual que otros medicamentos del grupo de los inhibidores de la PDE-5 (como Cialis (tadalafil), Levitra (vardenafil) y Stendra (avanafil), no provoca erecciones espontáneas: se requiere excitación sexual para que funcione.
En 1996, Pfizer patenta la molécula de sildenafil.
En 1998, la FDA aprueba el medicamento bajo el nombre de Viagra para tratar la disfunción eréctil.
En 2005, el sildenafil recibe una segunda aprobación bajo la marca Revatio, para el tratamiento de la hipertensión arterial pulmonar.
En 2012, la patente expira fuera de EE.UU., lo que permite la entrada de genéricos al mercado.
Con el vencimiento de la patente, el mercado de medicamentos para la disfunción eréctil se expandió significativamente, brindando a los pacientes la posibilidad de elegir entre el original y alternativas más asequibles.
Desde el punto de vista farmacológico, sí. Ambos contienen el mismo principio activo: citrato de sildenafil. Todos los genéricos certificados y registrados en el país de venta están obligados a ofrecer el mismo nivel de eficacia y seguridad.
La diferencia radica en quién fabrica el medicamento, en qué condiciones y bajo qué política de precios. Las tabletas de Pfizer (Viagra) pueden costar varias veces más que los genéricos. Por ejemplo, una pastilla de Viagra puede costar hasta €15, mientras que el genérico de sildenafil cuesta desde €1,44 por unidad. Pero en cuanto al resultado final, el efecto será el mismo si se respeta la dosis.
En distintos países, el sildenafil se comercializa bajo decenas de nombres. En España, por ejemplo, se puede encontrar Sildenafil Normon, Sildenafil Cinfa, Sildenafil Sandoz, entre otras versiones. Todas contienen el mismo principio activo y funcionan de manera idéntica.
Los genéricos de calidad se producen bajo estrictas normas de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Lo mejor es adquirir estos productos en farmacias online confiables, donde se garantiza la autenticidad y seguridad del medicamento.
Viagra y sus genéricos están disponibles en las mismas dosis: 25 mg, 50 mg y 100 mg. Por lo general, se recomienda comenzar con 50 mg y ajustar la dosis según la respuesta del cuerpo.
También existe sildenafil en dosis de 20 mg, bajo la marca Revatio. Aunque esta presentación se usa menos para la disfunción eréctil, algunos médicos pueden indicar tomar varias tabletas de Revatio para lograr el efecto deseado. Esto es posible, pero debe hacerse bajo control médico.
La eficacia del sildenafil depende del momento de la toma y de la presencia de estimulación sexual. El medicamento comienza a actuar entre 30 y 60 minutos después de ingerirlo y permanece activo hasta por 4 horas. Debe tomarse con el estómago vacío o tras una comida ligera, ya que los alimentos grasos ralentizan su absorción.
Si no se logra el efecto deseado, no se debe aumentar la dosis por cuenta propia. En ese caso, es mejor consultar al médico, quien puede recomendar una alternativa como Cialis (tadalafil), con acción prolongada, o Levitra (vardenafil), más tolerable para personas con trastornos gastrointestinales.
Dado que el principio activo es el mismo, la lista de posibles efectos secundarios también lo es. La mayoría son leves y desaparecen por sí solos:
Efectos secundarios más comunes:
Estos síntomas se deben a la dilatación de los vasos sanguíneos y al aumento del flujo sanguíneo. Normalmente, no requieren tratamiento.
Efectos secundarios raros pero graves:
Ante la aparición de estos síntomas, es necesario buscar atención médica urgente. Esto es especialmente importante en hombres que toman medicamentos para la presión arterial o enfermedades cardiovasculares.
El sildenafil no debe combinarse con nitratos ni con ciertos medicamentos para la hipertensión, ya que puede provocar una caída brusca de la presión arterial. También pueden ocurrir interacciones con:
Antes de comenzar el tratamiento, es fundamental informar al médico sobre todos los medicamentos que se están tomando, incluidos suplementos y productos sin receta. Esto ayuda a evitar complicaciones y a elegir la terapia más segura.
Sildenafil y Viagra son lo mismo en cuanto a mecanismo de acción y efecto clínico. La única diferencia significativa entre ellos es el precio y el empaque.
Para tratar la disfunción eréctil, se puede optar tanto por el medicamento de marca como por un genérico de calidad — lo importante es que lo indique un médico y se compre en una fuente confiable.
Si buscas alternativas al sildenafil, puedes considerar otros medicamentos como:
Cialis (tadalafil) — actúa hasta 36 horas, ideal para un efecto prolongado
Levitra (vardenafil) — efecto rápido y menor impacto gastrointestinal
Stendra (avanafil) — de última generación, con mínimos efectos secundarios
También existen versiones masticables y con sabor, como Kamagra masticable con sabor, que contienen los mismos principios activos.
El tratamiento de la disfunción eréctil debe ser individualizado. No solo se trata de elegir el medicamento adecuado, sino también de considerar el estilo de vida, enfermedades crónicas y características del organismo. Los tratamientos actuales son seguros y eficaces.
Viagra, Cialis, Levitra ayudan a lograr o mantener una erección. Estos medicamentos son eficaces para la mayoría de las personas que los prueban.
Recupera tu confianza con los tratamientos originales para la disfunción eréctil.
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