¿Cómo actúa Viagra?

Cada año, millones de hombres toman Viagra. Y tiene sentido: funciona. Si se usa en la dosis correcta, ayuda a conseguir y mantener una erección. Está aprobado por las autoridades sanitarias y se receta justamente para eso: para la disfunción eréctil.

Y mira, no pasa nada si no sabes explicar cómo actúa. A muchos les pasa. Pero también es normal querer saber qué te estás tomando. Así que vamos a explicarlo fácil, sin palabras raras.

Viagra no hace milagros. No te da ganas si no las tienes. Pero si ya estás excitado y tu cuerpo no responde bien, entonces sí puede ayudarte. Lo que hace es permitir que la sangre llegue mejor al pene y se quede ahí el tiempo suficiente. Y eso, en resumen, es lo que hace posible una erección firme.

Pero no es como apretar un botón. Funciona sólo si ya hay estimulación sexual. Es decir, no te tomas la pastilla y al minuto estás como una roca. Tienes que estar excitado, que haya deseo, que el momento acompañe. Y ahí sí, ayuda de verdad.

Lo que hace técnicamente es bloquear una enzima (se llama PDE5) que, normalmente, hace que la erección se termine. Al bloquear esa enzima, Viagra permite que la sangre siga fluyendo dentro del pene, manteniéndolo erecto durante más tiempo.

Para que te hagas una idea: imagina una manguera de agua que está medio doblada. El agua apenas pasa. Viagra lo que hace es enderezarla y abrir bien el paso. Así la presión se mantiene, y eso se nota.

Una vez conocí a un hombre de unos 50 que decía: «Con Viagra, siento que vuelvo a tener 30. No porque me transforme en otra persona, sino porque mi cuerpo por fin colabora cuando yo ya tengo ganas».

Eso sí: no te cura. Si el problema viene de la cabeza —estrés, ansiedad, falta de conexión con la pareja—, eso no lo resuelve una pastilla. Pero puede darte un empujón mientras trabajas en lo demás. Y a veces, con ese pequeño cambio físico, uno empieza a recuperar también la confianza.

Cómo funciona la Viagra

Vamos a empezar con una pregunta muy simple: ¿qué hace realmente la Viagra? No, no tiene nada que ver con física cuántica ni con partículas misteriosas. Es algo mucho más terrenal: tiene que ver con la forma en que la sangre circula por el cuerpo, y en concreto, por el pene.

La Viagra actúa bloqueando una enzima que normalmente se encarga de regular el flujo de sangre en el pene cuando hay excitación sexual. Esta enzima se llama fosfodiesterasa tipo 5, o PDE5, por sus siglas en inglés. Así que cuando escuches que la Viagra es un “inhibidor de la PDE5”, ya sabes a qué se refiere: impide que esa enzima haga su trabajo habitual.

Pero para entender bien cómo funciona esto, primero hay que saber por qué ocurre la disfunción eréctil.

Cuando un hombre se excita, el cuerpo envía más sangre al pene para que se ponga erecto. Esa sangre llena unas cámaras llamadas cuerpos cavernosos. El problema viene cuando la enzima PDE5 actúa demasiado pronto o demasiado fuerte: rompe una sustancia química llamada cGMP, que es la que permite que las arterias del pene se ensanchen y entre más sangre. Si el cGMP se destruye antes de tiempo, no llega suficiente sangre y no se produce la erección, o no se mantiene.

Aquí es donde entra la Viagra: al bloquear la enzima PDE5, deja que el cGMP haga su trabajo. Es decir, ayuda a que las arterias del pene se abran más y fluya más sangre. Resultado: una erección más firme y duradera.

Además, cuando entra más sangre al pene, también se crea más presión dentro. Eso hace que la sangre no se escape tan fácilmente por las venas, lo que también ayuda a mantener la erección durante más tiempo.

Por eso, la Viagra y otros medicamentos parecidos, como Cialis o Levitra, son opciones muy eficaces para tratar la disfunción eréctil en muchos hombres.

Cada uno tiene sus particularidades. Por ejemplo, el Cialis (su nombre genérico es Tadalafil) puede durar hasta 36 horas en el cuerpo. Eso no significa que tengas una erección durante todo ese tiempo, claro, pero sí que tu cuerpo está más preparado para responder al estímulo sexual durante más tiempo.

La disfunción eréctil no siempre se presenta igual. A veces puedes conseguir una erección parcial, pero no lo bastante firme para tener relaciones. Otras veces, simplemente no hay respuesta, por mucho que te excites.

Sea cual sea tu caso, es importante que hables con un médico antes de tomar Viagra. No es un caramelo. Si estás tomando otros medicamentos —sobre todo nitratos para el corazón—, puede haber riesgos serios. También es clave hablar de cualquier problema de salud que tengas, aunque te parezca que no tiene nada que ver.

¿Cuánto tarda en hacer efecto la Viagra?

Si es tu primera vez tomando Viagra, te conviene saber algo importante: no es como en las pelis ni como dicen por ahí en algunos foros. No tomas la pastilla y, pum, magia instantánea. La cosa es un poco más real.

Según lo que indican las guías de la AEMPS (la Agencia Española de Medicamentos), lo normal es que la Viagra empiece a hacer efecto entre 30 y 60 minutos después de tomarla. Es decir, si tienes una cita o estás planeando una noche íntima, no lo dejes para el último segundo. Hay que anticiparse un poco.

Y aunque la pastilla puede funcionar hasta unas cuatro horas después, eso no quiere decir que estarás en modo “activo” todo ese rato. Simplemente, tu cuerpo estará preparado para responder si hay estímulo sexual. Sin más.

Ahora bien, no todo el mundo nota lo mismo ni al mismo ritmo. Hay detalles que influyen. Por ejemplo, si has comido algo muy graso justo antes (una hamburguesa con patatas, por ejemplo), la Viagra puede tardar más en hacer efecto. También influye tu peso, tu estado de ánimo, el ambiente, si estás cómodo con tu pareja… incluso si alguien te acaricia el cuello como te gusta. No es broma.

Yo lo explico así a los amigos: la pastilla no hace milagros, pero sí te da una ayuda real si el cuerpo y la cabeza también están en sintonía.

Si quieres saber más sobre cuánto duran los efectos de la Viagra, tenemos otro artículo en el blog que lo explica con más detalle.

Cómo tomar la Viagra

La Viagra se toma por vía oral, en pastillas. En España, solo se vende con receta y se receta para casos de disfunción eréctil.

No es algo que se tome a diario como si fuera una vitamina. Se usa “cuando se necesita”. Así que hay que planearlo un poco. Lo ideal es tomarla entre 30 minutos y una hora antes de tener relaciones sexuales. No más de cuatro horas antes, porque pasado ese tiempo los efectos ya pueden haber desaparecido.

Y aunque suene absurdo, hay gente que ha llegado a preguntar si se puede esnifar. La respuesta es no. No lo hagas. La Viagra no está hecha para eso y puedes acabar con más problemas que soluciones.

Puedes tomarla con el estómago vacío o después de comer. Pero, como te decía antes, si cenas algo muy graso —una pizza, una lasaña con nata, etc.— la pastilla puede tardar más en hacer efecto. No es que no funcione, pero tendrás que esperar más rato.

Un consejo: si tienes dudas sobre cómo tomarla o no estás seguro de si es para ti, habla con tu médico. Y si ya te la han recetado y quieres sacarle el mayor partido posible, tenemos una guía práctica en el blog sobre cómo tomar sildenafil (el nombre genérico de la Viagra) con todos los detalles.

Efectos secundarios de la Viagra que debes conocer

La Viagra, aunque esté aprobada por la AEMPS y funcione muy bien para muchos hombres con disfunción eréctil, no es una pastilla mágica libre de efectos secundarios. Como pasa con muchos medicamentos, puede tener algunas molestias. Algunas son leves, otras pueden ser más serias, y es importante que las conozcas antes de tomarla.

Empezamos por los efectos secundarios más comunes. No le pasan a todo el mundo, pero son los que más se repiten según los datos oficiales:

  • Dolor de cabeza (este es el más típico).
  • Nariz taponada, como si estuvieras resfriado.
  • Cara o cuello enrojecidos (lo que se llama «sofocos»).
  • Mareos o sensación de inestabilidad.
  • Ardor o malestar en el estómago.
  • Urticaria o sarpullido leve.

Yo, por ejemplo, la primera vez que la probé, noté una especie de presión en la frente y un poco de calor en la cara, como si me hubiera dado el sol de golpe. No fue grave, pero sí lo suficiente como para que me llamara la atención.

Ahora bien, hay otros efectos secundarios que no son tan frecuentes, pero que sí pueden ser graves. Si notas alguno de estos, lo mejor es dejar lo que estés haciendo y buscar ayuda médica cuanto antes:

  • Pérdida repentina de la vista (aunque sea parcial).
  • Zumbido en los oídos o pérdida de audición.
  • Erecciones que duran más de cuatro horas y son dolorosas (esto se llama priapismo y no es ninguna broma).

Y aquí va algo muy importante: antes de tomar Viagra, asegúrate de contarle a tu médico cualquier problema de salud que tengas, sobre todo si está relacionado con el corazón. Aunque te dé corte, dilo. No estás solo, y tu médico está para ayudarte, no para juzgarte.

  • Algunos problemas que debes mencionar sí o sí:
  • Hipertensión (tensión alta).
  • Infarto reciente o antecedentes de problemas cardíacos.
  • Enfermedad de Peyronie (curvatura del pene).
  • Anemia falciforme.

Y no solo se trata de enfermedades. También hay medicamentos que no se deben mezclar con la Viagra porque pueden provocar bajadas peligrosas de tensión. Algunos ejemplos:

  • Nitroglicerina (muy usada para problemas del corazón).
  • Alfa-bloqueantes.
  • Drogas recreativas tipo «poppers».
  • Otros medicamentos para la disfunción eréctil como el tadalafilo o el vardenafilo.

En resumen: la Viagra puede ayudarte mucho, pero no es para tomársela a la ligera. Infórmate bien, habla con tu médico y escúchate a ti mismo. Si algo no va bien, detente y busca ayuda.

Lo que la Viagra no hace

Mucha gente piensa que la Viagra es como una poción mágica: te la tomas y ya estás listo para lo que venga, sin más. Pero no funciona así. No es una pastilla milagrosa y, desde luego, no es lo que venden en las gasolineras al lado de los chicles.

La Viagra solo funciona si hay excitación sexual. Es decir, si no te apetece nada, la pastilla por sí sola no va a crear ese deseo de la nada. Tiene que haber algo de chispa, una caricia, un pensamiento, una conexión con tu pareja. Si no hay nada de eso, no esperes resultados.

Y hay otras cosas que tampoco hace, aunque en internet haya quien diga lo contrario:

  • No hace que tu pene sea más grande. No lo alarga ni cambia su forma.
  • No aumenta el deseo sexual. Si estás cansado, estresado o simplemente no tienes ganas, la Viagra no va a cambiar eso.
  • No te excita. No te da morbo. No te provoca estímulos por sí sola.

Conozco a un amigo que la tomó sin estar realmente con ganas, solo para “ver qué pasaba”. Resultado: nada. Se quedó esperando una reacción que nunca llegó, porque no había excitación. La Viagra necesita que el cuerpo y la cabeza estén en modo “sí quiero”.

Cómo funciona la Viagra: Reflexiones finales

El sildenafil —el principio activo de la Viagra— es uno de los tratamientos más eficaces que existen hoy en día para la disfunción eréctil. Funciona rápido, suele dar buenos resultados, y ha ayudado a muchísimos hombres a recuperar su vida sexual.

Pero hay varias cosas que conviene tener muy claras si estás empezando a usarla o si te lo estás planteando:

Sí, puede ayudarte a conseguir una erección y mantenerla el tiempo suficiente para tener relaciones satisfactorias.
No provoca erecciones por arte de magia. Tiene que haber estimulación sexual, es decir, tienes que estar excitado.
Y sí, hay que tener precaución con los efectos secundarios, sobre todo si tienes problemas de salud o tomas otros medicamentos.

Mi consejo, y lo digo por experiencia propia, es que si estás pensando en usar Viagra, no lo hagas a ciegas. Habla con tu médico, coméntale tus dudas, y asegúrate de que es lo adecuado para ti. Esto no va de “rendimiento” ni de competir. Va de sentirte bien contigo mismo y con tu pareja.

La pastilla puede ayudar. Pero lo más importante sigue estando en lo que pasa antes, durante y después: conexión, comunicación y tranquilidad.

Lee también:
¿Quieres una solución garantizada a la disfunción eréctil?

Viagra, Cialis, Levitra ayudan a lograr o mantener una erección. Estos medicamentos son eficaces para la mayoría de las personas que los prueban.

Quieres una solución garantizada a la disfunción eréctil ¡Vamos de compras!
Tabla de contenidos